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La magia es tan natural como la tierra, el agua, el fuego y el aire; sí, incluso tan natural como una brizna de hierba. En sus simples ritos, muchas personas han encontrado respuestas a la multitud de retos que la vida les ha presentado. La magia natural (la práctica de usar las fuerzas de la naturaleza con los poderes de nuestros cuerpos y mentes) ha sido siempre parte de la experiencia humana.
La práctica de la magia natural ha sido siempre un modo de vida para usar a nuestro beneficio. En nuestros días eso puede suponer el reciclar, plantar árboles, ahorrar agua (en época de sequía), evitar el uso de plásticos y apagar el aire acondicionado. Tomando estas pequeñas medidas encaminadas a salvaguardar nuestro entorno, aumentamos la efectividad de nuestros ritos y hechizos, porque demostramos que respetamos la naturaleza, así como la tierra, el aire, el fuego y el agua.
Para practicar la visualización, imagine que su mente es una pantalla de televisión. Sintonice en ella una imagen de usted (mírese en un espejo o vea una fotografía para refrescar su memoria; después véase en su mente). Una vez que ya se haya visto en esa pantalla interior, imagine (vea) la cara de su mejor amigo, la de su gato, perro o pájaro; la de su político preferido o una manzana roja perfecta. Vea realmente esas cosas. Hágalas verdaderas, en color y en tres dimensiones.
La magia natural es única entre las muchas ramas de este arte. Los practicantes no deben pasarse años recogiendo o fabricando espadas, túnicas o varillas mágicas de intrincado diseño. En realidad los principales instrumentos de la magia natural son gratuitos: el cielo, la tierra bajo nuestros pies, las playas y los desiertos. No obstante, para llevar a cabo este arte, son necesarios unos cuantos utensilios e instrumentos físicos. La mayoría de ellos pueden obtenerse fácilmente y cuestan muy poco.
el libro, La magia de los 4 elementos de Scott Cunningham nos enseñará a dominar las energías de la tierra, el aire, el fuego y el agua.