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Las Sefirot en los Puestos Masónicos, Un Viaje desde la Logia al Árbol de la Vida.

Las Sefirot en los Puestos Masónicos

Un Viaje desde la Logia al Árbol de la Vida

 

El Árbol Kabbalístico de la Vida y la Masonería: Una Profunda Intersección

El misticismo y las enseñanzas filosóficas han sido siempre pilares de la tradición masónica. Esta hermandad se ha nutrido de diversas corrientes esotéricas y filosóficas de la antigüedad, tomando como eje central la alegoría de la construcción del Templo de Salomón. Según las antiguas escrituras, el Rey Salomón, inspirado por la voluntad de su padre, el Rey David, construyó este templo como un símbolo de la unión entre el espíritu y la materia, evidenciando así el principio de correspondencia: “Como es arriba es abajo”.

Esta alegoría no sólo se refleja en la arquitectura y el diseño del templo, sino también en la elección de sus constructores. Hiram Abif, enviado por el Rey Hiram de Tiro a petición del Rey Salomón, era un maestro en diversas artes y ciencias. Su vasto conocimiento abarcaba desde la geometría hasta la astrología, convirtiéndose en el arquitecto ideal para erigir este templo que simbolizaría la conexión entre el cielo y la tierra.

Interesantemente, paralelas a la tradición masónica, emergen las enseñanzas de la Cábala, particularmente el Árbol de la Vida. Este diagrama, compuesto por diez esferas o sefirot, representa las emanaciones divinas a través de las cuales Dios creó el mundo. Para el masón estudioso, cada grado y símbolo puede encontrar correspondencia en este árbol.

El Templo de Salomón se divide en tres cámaras, y de manera similar, el Árbol de la Vida se organiza en tres triadas. La primera triada, compuesta por Kether, Chocmah y Binah, corresponde al mundo intelectual. Estas sefirot encuentran su paralelo en el templo masónico en los roles del Venerable Maestro, el Orador y el Secretario, respectivamente. La segunda triada, que abarca Chesed, Geburah y Tiphareth, se relaciona con el mundo moral y de los sentidos. Aquí, encontramos la correspondencia con el Hospitalario, el Tesorero y el Maestro de Ceremonias. La última triada, compuesta por Netzach, Hod y Yesod, representa al mundo material. En la jerarquía masónica, estos se asocian con los dos Vigilantes y el Primer Experto. Finalmente, Malkut, que simboliza la creación y el mundo inferior, se relaciona con el Guarda Templo.

Más allá de estas correspondencias, el simbolismo del Árbol Kabbalístico de la Vida y la masonería se extiende a conceptos más profundos como la dualidad y el equilibrio, reflejados en las columnas del templo masónico y el trono del Venerable Maestro.

Concluir que en el corazón de la masonería yace un intrincado tejido de simbolismos y enseñanzas que se cruzan con tradiciones místicas como la Cábala es un testimonio del rico tapestry que forma la base de esta augusta institución. La próxima vez que entremos en un templo masónico, recordemos que no sólo estamos entrando en un espacio físico, sino también en un templo viviente de sabiduría y conocimiento que se extiende a través de las edades.

La Interconexión del Macrocosmos y el Microcosmos: Un Viaje a Través de la Masonería y la Cábala

La tradición masónica, en su rica tapestry de simbolismo y filosofía, nos ofrece una ventana hacia la comprensión de realidades más grandes que nos rodean. Si nos detenemos a contemplar la construcción del Templo de Salomón, no sólo observamos una estructura arquitectónica, sino una representación del cosmos en sí. Esta idea de construir un reflejo del universo en un espacio definido resuena con el antiguo principio hermético: “Como es arriba, es abajo.”

Dentro de este macrocosmos, encontramos una interconexión con el microcosmos, es decir, el ser humano. Oswal Wirth, un erudito en estas materias, señaló que cada sefira del Árbol Kabbalístico de la Vida tiene una correspondencia con partes específicas de nuestro cuerpo. Por ejemplo, la sabiduría, representada por Chocmah, se relaciona con el cerebro, mientras que Binah, la inteligencia, fluye a través de los órganos de la palabra en nuestra garganta. Estas conexiones continúan descendiendo por el cuerpo, desde la misericordia en el brazo derecho hasta la materia en nuestros pies, representada por Malkut.

Esta relación entre el macrocosmos y el microcosmos se refleja en la logia masónica. Cada posición, desde el Venerable Maestro hasta el Guarda Templo, no sólo representa una función dentro de la logia, sino también una parte de esta grandiosa interconexión entre el universo y el ser humano. Al ocupar un puesto en la logia, el masón no sólo está asumiendo una responsabilidad ritual, sino que también está participando activamente en la representación viva de este entrelazamiento cósmico.

La belleza de estas enseñanzas yace en su universalidad. A pesar de provenir de tradiciones y tiempos diferentes, tanto la Cábala como la masonería convergen en un punto central: la búsqueda de la comprensión y la conexión con algo más grande que nosotros mismos. Al adentrarnos en estos caminos, nos damos cuenta de que, aunque somos individuos, también somos una parte integral de un todo más amplio, y a través de esta comprensión, encontramos un propósito y significado más profundos en nuestras vidas.

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