fbq('track', 'PageView');
En 1913, un joven empleado indio no escolarizado escribió una carta a GH Hardy, pidiendo la opinión del matemático inglés preeminente sobre varias ideas que tenía sobre los números. Al darse cuenta de que la carta era obra de un genio, Hardy dispuso que Srinivasa Ramanujan fuera a Inglaterra.
Así comenzó una de las colaboraciones más improbables y productivas jamás registradas. Con una pasión por los detalles ricos y evocadores, Robert Kanigel nos lleva desde los templos y barrios marginales de Madrás a los tribunales y capillas de la Universidad de Cambridge, donde el devoto hindú Ramanujan, “el príncipe de la intuición”, puso a prueba sus brillantes teorías junto con las sofisticadas y sofisticadas excéntrico Hardy, “el apóstol de la prueba”.
Con el tiempo, la intensidad creativa de Ramanujan pasó factura: murió a la edad de treinta y dos años, pero dejó un legado mágico e inspirado que todavía se está investigando en busca de sus secretos.